martes, 23 de abril de 2013

TARDE DE LATINES: faltan de pasar (3): Lipti-Lehniv



3. TARDE DE LATINES.

Y se casaron y fueron felices
(como en los cuentos)
y nunca supieron más
del sitio de donde salieron.
Cuando el cansancio de la noche
comienza a devorarme
lentamente,
me siento en el peldaño de la puerta.
Veo pasar a la gente,
deprisa,
veo el tráfico y me mareo.
Enfrente está la casa del campesino,
llena de sombras y de recuerdos:
el hombre de oscuro pasado,
los pájaros que hablan y escupen,
la música de piano que se oye,
las luces extrañas y el olor a naranjas.
Se me va cansando el entendimiento.
Mira,
en esa ventana veo un rostro:
una joven sobre sus libros,
estudiando. Veo las cortinas
y las cartas abiertas sobre la cama,
los sobres desgarrados,
las fechas, los finales y los adioses
(todos iguales). Palabras en latín.
Veo unos ojos cerrados
por el aburrimiento, una respiración
entrecortada (dormida).
Me devuelvo a mí mismo,
salgo del libro y los cuadernos
caen, salto desde la ventana
y me vuelvo a mi sitio.
Cae la tarde, caigo yo,
todo cae en mi recuerdo,
y ahora sí, y ahora no,
no me decido a dar el salto.
El tiempo vuelve a su sitio.
Voy a esperar
a que el tiempo vuelva a su sitio.


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