miércoles, 19 de diciembre de 2012

SANGRAZUL: ORIGEN

Ahora que tanto se escucha/lee, la palabra "origen", refiriéndose al inicio de algo, yo también me he contagiado de dicha moda "radical" (de "raíz", de fundamento), y voy a transcribir el origen del nombre de este blog.

Y digo "transcribir", porque su gestación data del año 1992, en una época donde comenzaba a descubrir mundos nuevos (verdaderamente "mundos" nuevos).
El inicio se sitúa en un poema. Éste:



SANGRAZUL.

Entre tu rostro y el mío
ácida miel hiel dulcísimo
arde en tus ojos mi piel
lloramos la rosa áspera
mientras yo apenas sonrío
sangrazul que respiras

nuestro conocido lobo
que permanece en la espera

viéndoos cargar tableros de madera
mientras yo estudio estupideces estériles
debitando vuestra sangre succionando
dejándoos como pasas
pesares que no tengo
a pesar de vuestra desnutrición
sangrazul que respiras

recordiendo la cráscara
de tu víscera hecha pedazos
esa que llaman corazón
y no es más que esponja sangre
lo siento lo siento y lo siento
por no estar ausente en la despedida
por estar tan poco harto de tus pesos
sangrazul que respiras

con vuestros besos y abrazos
me despido de vosotros va un dago afiliado
que ay madrecita del Carmen atraviesa mi hígado

corre por entre los matorrales
bajo el luno lascivo y livido
de un octubre que pisa a mordiscos
tus pinzas de sangrejo ven
a mí héchate a mis brasos
fuego lento para consumarnos
mientras por entre las peñas
de mi alma nuestro lobo arrulla
sangrazul que respiras

y yo te obligaré
a aspirar mi aroma
el aroma de sangrazul
el sangrazul que respiras

y de nada les servirá
a tusher manos matarme

mi sangrazul tú respiras.


De la interpretación/interpretaciones, y del contexto en el que surgió, escribiré otro día.


sábado, 8 de diciembre de 2012

CARDIOPATÍAS I: Del amor antropófago


Esta entrada tiene que ser en color rojo. Rojo-pasión.

Avance del primer artículo, para "abrir boca" (y nunca mejor dicho, a tenor del tema).

Cardiopatía: enfermedad del corazón.
Corazón: símbolo occidental del lugar donde residen las pulsiones más humanas, que nos convierten, por ende, en humanos. Amor, celos, envidia, obsesión, odio,... Pero sobre todo, amor. Corazones rojos y traspasados por flechas, sufrir por amor.

Herzmaese: novela alemana del XII, inspiradora, después, de varios cuentos contenidos en El Decameron.
En esta novela, el amor se convierte en antropofagia. El deseo del ser amado es tal, que se produce un acto de canibalismo (inconsciente, primero).
El marido asesina al amante de su esposa, le arranca el corazón, lo cocina y se lo sirve a ella para que lo coma (¿no habíamos visto antes esta escena en el deseo de la Madrastra de devorar el corazón de Blancanieves, arrancado por el Cazador?).

Herejía amorosa y mundana (en el mejor sentido de la palabra), que no hace sino "humanizar" el acto eucarístico: "Tomad y comed, esto es mi cuerpo", "Tomad y bebed, esta es mi sangre".
El deseo amoroso queda, así, saciado, al devorar al amado. Fusión de amado y amante.

Hoy día, nuestro deseo amoroso se encuentra atrofiado o aturdido, llenado por otros nutrientes que no siempre son los mejores y que, la mayoría de las veces, no son, ni mucho menos, tan suculentos como devorar al amado.

Así el sentimiento pasa a hacerse carne, corporalidad, encarnación.
El sentimiento pasa a ser función fisiológica.
El amor se transforma en nutrición.