martes, 29 de diciembre de 2015

MUSA POÉTICA


Con el ruido,
con el ruido;
            así,
            con el ruido.

que no de otra forma
he de encontrarte,
que ya no es posible
escucharte sin ruido de fondo
(de fondo, de forma,
desfondo, deforme,
            qué más da:
            con el ruido).

así, con el ruido
desg
rana
ndóse, rompi
éndose, trastabillando:
            asáltame con el ruido.

Con este RUIDO INTERIOR
con mayúsculas.

jueves, 3 de diciembre de 2015

A ti te ocurrre algo...

BOLERO PARA JAIME GIL DE BIEDMA  (José Agustín Goytisolo)

A ti te ocurre algo,
yo entiendo de estas cosas,
hablas a cada rato
de gente ya olvidada,
de calles lejanísimas
 con farolas a gas,
de amaneceres húmedos
de huelgas de tranvías.
 
A ti te ocurre algo,
yo entiendo de estas cosas,
cantas horriblemente,
no dejas de beber
y al poco estás peleando
por cualquier tontería,
yo que tú ya arrancaba
a que me viera el médico
pues si no un día de éstos
en un lugar absurdo
en un parque, en un bar
o entre las frías sábanas
de una cama que odies
te pondrás a pensar,
a pensar, a pensar
y eso no es bueno nunca…
…porque sin darte cuenta
te irás sintiendo solo
igual que un perro viejo
sin dueño y sin cadena,
te pondrás a pensar,
a pensar, a pensar
y eso no es bueno nunca.
 
A ti te ocurre algo,
yo entiendo de estas cosas.
 
 

martes, 1 de diciembre de 2015

Ausencia. Nada.


troquelar tu recuerdo en mi alma
con este incesante corte
de parir rocas constantemente

y es en el silencio
cuando me quedo en blanco
¿he olvidado algo?
¿qué es lo que no recuerdo?

en el desayuno tener la certeza
la honda desazón
de la amnesia onírica
algo no va bien pero qué es
mi cuerpo no es mi cuerpo
no me reconozco no me siento no me hallo
y luego
en clase
en el infinito espacio en blanco entre las palabras
abismarme en el vacío
contemplar la oscuridad
difuminarme disolverme en la nada

vómitos mareos taquicardias fiebre

y es entonces
cuando el mazo de lo real me aplasta:
no existes más en este mundo

no estás aquí.
ni en ninguna otra parte.
te has ido para siempre. y aún no me doy cuenta.





domingo, 29 de noviembre de 2015

sábado, 21 de noviembre de 2015

A LA CAZA DE LA MUJER, de James Ellroy




Antecedentes.
Descubrí una biblioteca de intercambio de libros. Sí. Insólito en esta metrópoli cada vez más parecida a Gotham (a sus suburbios, más bien). Y decidí lanzarme a la aventura con dos libros de Angela Carter bajo el brazo, para cambiarlos (¿"truequearlos"?). Como si de la Biblioteca de los Libros Perdidos se tratase, dejé con el amable bibliotecario los dos angelicales libros y me dispuse a entrar en la jungla.
Y ellos me eligieron. Como suele pasar.
 
Hechos.
De James Ellroy había leído la trilogía de Lloyd Hopkins (Sangre en la luna,1984; A causa de la noche,1984; La colina de los suicidas, 1985) con tan buen sabor de boca que me lancé a leer el Cuarteto de los Angeles (La Dalia Negra, 1987,imprescindible) y la Trilogía de los Bajos Fondos de EEUU.
¿Todo esto para qué? Pues para decir que he leído bastante de James Ellroy, así como 7 novelas, por lo menos.
Pero ésta no. No cuela.
 
Consecuencias.
En un tono semiconfesional, James Ellroy nos cuenta sus aventuras en pos de encontrar la mujer de su vida, mezcla de su madre, de la Dalia Negra y de otras mitificaciones hechas por el narrador.
Me dio la impresión de que el novelista tenía a su izquierda, mientras escribía, un listado de nombres de mujeres, y su empeño era en ir rellenando varias líneas entre un nombre y otro. A veces 5 líneas, a veces 20 líneas, a veces un capítulo.
La rutina es la siguiente (por ejemplo): "conocía a Laura en el tren; vestía abrigo claro y zapatos de tacón de aguja; su sonrisa era perfecta; bajé del tren; miró por la ventanilla y sonrió; yo también". Y tres líneas después: "cuando me presentaron a Carmela, sus orejas me llamaron la atención".... Y así durante las 150 páginas que llevo leídas (por suerte es novela corta, 226 páginas).
 
No la terminaré. Esta vez no, señor Ellroy. Si anda corto de dinero, escriba una novela de serie negra para ir tirando. Sin más pretensiones. Como las de antes. O con las pretensiones de ser "la novela americana", como las otras. Pero ésta no. No cuela.

sábado, 24 de octubre de 2015

INTEMPERIE de Jesús Carrasco / LOBISÓN de Ginés Sánchez


Pasaron varios meses desde que leí Intemperie (I) hasta que leí Lobisón (L). La primera asociación entre ambos libros no fue literaria, sino visual: la portada.

Recordaba un cordero en la portada de I y un lobo en la de L. Así, ambos animales se me presentan como símbolos de lo que después se relatará en la novela.

El segundo punto de contraste que encontré entre ambas es la voz narrativa.

En I de Jesús Carrasco, se cuenta (desde una aparente objetividad) la historia de un niño que huye; en L de Ginés Sánchez también se cuenta la historia de un “niño” (narrada por él mismo). En ambas novelas, el lenguaje deslumbra por su certeza y por su ajuste a los sentimientos que quiere provocar o que, de hecho, provoca en el lector. (Avisados quedan…)

En ambas novelas veo a los protagonistas como víctimas y, en cierto modo, como victimarios también.

Aparte de los animales que pueblan las novelas y las voces narrativas, hay otro elemento que encuentro común en ambas novelas: los monstruos; y no quiero añadir nada más porque son elementos perturbadores que van apareciendo poco a poco pero que, cuando aparecen, toman la novela por entero y dejan poco margen a lo que ocurre alrededor de lo narrado, para centrarse en las luchas, huidas, violencias, como un agujero negro y sin fondo que va arrastrando todo hasta el desenlace (fatal). Y esos monstruos son humanos.

Novelas densas, pausadas, terribles. Novelas con las que tener pesadillas, en las que los monstruos son los seres humanos más cercanos (y los que deberían protegernos), y no los animales que aparecen en las portadas. Novelas que es un orgullo leer y releer, sabiendo que siempre se van a encontrar nuevas aristas y nuevos matices.

Bien por ambos, Jesús Carrasco y Ginés Sánchez. Desde acá mi incondicional aprecio y gratitud.


 

 

viernes, 16 de octubre de 2015

MR HOLMES: Desmontando a Sherlock.


Tenía dos posibles títulos para esta entrada: "Holmes en Hiroshima" o "Desmontando a Sherlock". Finalmente me decidí por el último porque creo que, de alguna manera, engloba al primero.
 
Hace tiempo vengo siendo testigo de una corriente que, no sé si por falta de historias nuevas o de creatividad, da una vuelta de tuerca a relatos, personajes o situaciones que forman ya parte del imaginario colectivo; desde cuentos clásicos (Blancanieves, Cenicienta, Peter Pan,...) hasta obras de literatura y personajes (Drácula, Frankenstein, Dr Jeckyll, Orgullo y Prejuicio ¿y zombies?...). Por no hablar de los "remakes" o "reboots" (¿cuántas comillas y cuántos paréntesis utilizaré en esta reseña?), que darían para no menos que un libro o una tesis doctoral.
 
Todo esto viene a cuento de un comentario que leí hace un par de días a propósito de la película en cuestión. Decía, más o menos, que en la película queda poco de Sherlock Holmes y, en su afán de mostrarnos el "lado amable" (otra vez comillas) (y paréntesis), se perdía el personaje. Lo mismo da si fuera un sagaz anciano británico.

El segundo título.
Una de las cosas que más me sorprendió, hasta dejarme descolocado, fue Holmes en Hiroshima. Por eso lo del segundo título. Sacar personajes de un contexto propio para insertarlos en otro contexto, es una de las cosas que me parecen más fructíferas a la hora de desarrollar la creatividad. Me supo a poco la visita japonesa de Holmes. De hecho, por mí, la película podría haber continuado por ahí, y haberse vuelto más oscura. Mucho más oscura.

También es destacable la relación entre Holmes y el niño, que hace de réplica y contraste, acentuando aún más el inicio / el declive de una vida.
Los elogios para Ian McKellen; pero sobre todo para Laura Linney, en un papel que me supo a poco, pero contenido y que sugiere más de lo que expresa.
Muy bonita la parte del diálogo de Holmes/médium, en la que dos soledades no hacen una compañía, sino que siguen siendo dos soledades juntas.

Del Doctor Watson se vio un brazo. Y una pierna también, creo.































 


















 
 

martes, 22 de septiembre de 2015

Una temporada para silbar, de Ivan Doig: Las apariencias engañan...




Descubrí este libro por casualidad; lo leí por casualidad.
No era un libro que destacara en la biblioteca de donde lo saqué. Parecía nuevo, como que nadie lo hubiera leído.
 
Desde las primeras páginas me acordé de una serie que había visto en mi infancia, "La casa de la pradera", pero su trama y sus personajes se me volvían más complejos.
En ningún momento la trama se me hizo ñoña, a pesar de que su narrador fuera un niño. La narración se desarrollaba paulatinamente, sin prisa, pero cada vez más tenía la impresión de que lo que iba ocurriendo estaba como en una corriente subterránea.
 
El giro final no me lo esperaba. Los dos últimos capítulos me hicieron volver a pensar en todo el libro y verlo de una forma distinta. Por eso el título de la entrada: las apariencias engañan... Y después de varios días, tras dejar reposar la lectura, miro los posos de esta narración y descubro en ellos pistas de mi propia vida, de cómo idealizamos y mitificamos nuestra propia infancia o nuestra familia, hasta que llega un momento en el que el velo se descorre y... no es que sean malos o buenos, sino que son humanos.
 
Y eso es esta novela: humana. El paso de un niño hacia la adolescencia, la pérdida de la inocencia (y, por ende, la imperiosa obligación de tomar partido, de implicarse, en la propia vida).
 
Y así, el barniz se deslava, y queda la verdad al descubierto: ningún paraje es idílico, ninguna infancia ni familia es "La casa de la pradera".
 
 
 

lunes, 4 de mayo de 2015

Eres tan bueno...

Eres tan bueno...
(me dicen)
Eres un santo...

Me importa una mierda ser un santo.

Benditos 45 años,
nos los cambio por los 20,
y menos por los 30.
Déjenme mis 45 años y pasemos a otra cosa.

miércoles, 11 de marzo de 2015

FELICIDADES

 
 
 

Sí,
tú me conquistaste,
me venciste.

Y no es porque yo me hubiera resistido. No. Es porque fuiste la sangre de mis venas, el aire de mis suspiros, el sentido de mis días, la calma de mis noches.

Suena una campana, a lo lejos. Como si me dijeras aquí estoy aunque no estoy aunque me has perdido hace mucho tiempo aunque no volveremos nunca a estar juntos ni siquiera nos veremos ni siquiera recordaremos los rasgos de nuestro rostro o la música de nuestras risas.

Propiedad privada tuya. Eso soy. Conquistado para siempre...

sábado, 7 de marzo de 2015

Sacio mi sed en aguas estancadas

Sacio mi sed en aguas estancadas.
Voy tirando mis perlas a los cerdos.

Aún así, siempre queda la esperanza.
Y el amor entregado.
Eso nada ni nadie podrá quitárnoslo.

domingo, 22 de febrero de 2015

La llegada imprevista




Soy lo que no te esperas.
Soy lo que no te espera.
Soy a quien no esperas.
Soy a quien no buscas.
Soy a quien no deseas.

Pero soy lo único que tienes ahora mismo.






miércoles, 28 de enero de 2015

20 años no es nada...


Sentado en el mismo sitio
de los últimos 20 años:
arboleda primero,
después erial,
jungla de cemento finalmente.