Lipti-Lehniv
1.
Nunca dije adiós.
Me pregunto cuánto tiempo más podré seguir viviendo así:
viviendo de recuerdos, sin tu presencia. Quisiera pensar que te tendré pronto
de nuevo, que volveré a ver tu risa en la tarde, cuando sople el viento en el
valle, cuando los pájaros crucen el cielo rojizo hacia los cerros, cuando se
nos olviden todos los dolores, las separaciones y las heridas. Pero al instante
siguiente sé que no es así, que quizás no te vuelva a encontrar, que quizás te
he perdido para siempre… Y no me resigno a la idea de vivir sin ti, porque
nunca me despedí, nunca dije adiós, nunca separé mi corazón ni mis recuerdos ni
mis latidos de tu lado. Mientras llueve, recuerdo tu risa, recuerdo los niños
correr hacia la escuela, recuerdo cuando se desbordó el estero y nadie nos
ayudó, cuando vinieron y nos echaron de la casa, cuando registraron nuestros
libros y cuadernos y quemaron las guitarras. Se me hace tarde pensando en ti,
se me oscurece, pero no me importa, porque mientras permanezco en tu recuerdo
me siento vivo. Estoy tan lejos de ti que no puedo respirar sin que me duela.
Ya son sólo cenizas mis palabras. Agua nube casa lágrima
ya no son nada para mí sino cenizas y como tales cenizas se me deshacen entre
las manos se las lleva el viento de nada servirá el recogerlas de nada
guardarlas o protegerlas del viento el contacto con la vida las destruirá para
siempre y sólo quedarán trozos minúsculos inservibles pequeños insectos negros
después de las llamas y quizás así también toda nuestra vida amor como un vacío
pleno para descansar de una vez por todas de tanta opresión y violencia de
tanta maldad contra los pequeños y tanto odio contra los débiles así sin pasar
los fuertes sin atravesar las fronteras nos presentaremos de nuevo como la vez
primera y volveremos cara a cara a decirnos te quiero y ya los guardas no nos
preguntarán dónde vas ni nos pedirán identificarnos cuando la noche se torne
suave en lugar de sangre serás néctar de nuevo mis ojos podrán abrirse para llenarse
de rostros queridos para absorber todo este paisaje y estos cerros resecos tras
el paso tortuoso y lento del tiempo por fin mis clamores tendrán oídos porque
esta vez no te habrás ido me esperarás junto a la fuente.
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