domingo, 24 de febrero de 2013

8: CUADERNO DE LIPTI-LEHNIV (RIANGKEMIE TRAS LA LLUVIA) (8)



8.

            A veces quisiera no sentirte, no quererte, no conocer siquiera tu existencia, para así entregarme sin temor a la batalla, a la lucha, sin temer perder la vida. Cuando pienso que podría existir de otra manera, y entregar mi vida a causas nobles, aunque pocas quedan ya que realmente merezcan  la pena. No atar así mis latidos a tu cintura ni hacer depender mi respiración de tu mirada.

            Y es que, cuando abro la ventana en la mañana, junto con el ruido y los ladridos, me viene el eco de que vives, de que piensas en mí, aunque nadie nos vea nunca juntos. Si hay una reunión importante te veo entre los papeles y en las pancartas de la huelga es tu nombre y tu rostro los que leo, cuando explico a mis alumnos un poema son las letras de tu boca las que escribo, y si cierro los ojos aún te veo, retenida en mis pupilas, en lo oscuro. Dime cómo borrarte, cómo hacerlo, sin perder también contigo mi memoria, sin renunciar a ser yo mismo si una nube negra te me lleva. No importa lo que escriba o lo que oiga, estoy en tu presencia de continuo y, si duermo, de seguro que mis sueños llevan tu silueta entretejida.

            Nunca te escribí una carta, un poema, ni siquiera una nota en el espejo, nunca pronuncié en público tu nombre, ni conservé nunca foto tuya. Pero la vida corre por tus venas y estás más viva que yo mismo. Sé que existo en tu memoria y que es tu cariño lo que me sostiene. Y no sé cómo pensar en otra cosa, pues te llevas con tu vida todas mis causas.

            Mira, hagamos una cosa, vivamos un segundo eternamente.


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