viernes, 15 de marzo de 2013

Hubo amores que no se atrevieron a decir su nombre: Poemas rojos de Lipti-Lehniv (10)




X.


Hubo amores que no se atrevieron
a decir su nombre.
Estos amores deben ser destruidos,
lavados, puestos al sol,
encumbrados de puro ocultos.
La trinchera es sembrado,
florecen minas como frutos,
verduras, arbustos,
florecen explosiones
palmeras anaranjadas
negruzcas que suben al cielo
en volutas pastosas y densas
por dentro amarillo y fuego.
Quedan los nombres
en las alambradas,
quedan las esperanzas,
el miedo.
Última posibilidad
de tirar por la borda el sentido,
de acabar con esta tristeza:
hacerse matar.
Pisar los sembrados celestes
como infancia en desvanes,
los pianos desgranan sus canciones,
las palmas aclaman su voz,
todo es oropel y fasto tras el telón;
mas cuando todo acaba,
asaltan las bestezuelas negras
ocultas tras las letras,
bajando desde ventanas numeradas,
acechando desde lunas verdes.
Cuando todo acaba
queda su voz truncada en la palabra,
carta que borra con palabras,
que llora,
que siempre es una y la misma:
siempre, siempre sin membrete,
sin osar decir su nombre.
Frutas maduras al suelo,
hierba de niebla, líquida brillante,
aplausos tras el telón,
vítores tras la trinchera.
Se inclina él,
atraviesa el fuego él;
cuando se incorpora él,
él muere incorporado en arco:
se superponen sus cuerpos,
perfecta yuxtaposición,
dibujo perfecto sin respeto a dimensiones.
Así fue,
Rafael Rodríguez Rapún,
y no doy crédito a leyendas.
Pisabas el cielo en la tierra
por un instante,
para impulsarte al cielo
cuando él no estaba en la tierra,
cuando la herida oscura lo era todo:
amor, patria, religión, familia.
Por eso merece tu nombre un bronce,
quedar grabado a fuego,
ahora que en silencio te desvaneciste,
que nadie te echó en falta,
tu cuerpo en la sombra del depósito,
sin reclamo,
tu lápida sin flores, sin lágrimas:
sencillo y bueno hasta para morirte.
Pero, atención, antes de terminar
unas palabras de la Sombra:
(se abre el telón,
Sombra aparece serio)
“Si tuviera mil vidas
con mil vidas te amaría,
pero sólo tengo una muerte
y con toda mi muerte te amo.”


***

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