sábado, 16 de marzo de 2013

El hombre confundido está esperando: Poemas rojos de Lipti-Lehniv (11)




XI.


El hombre confundido está esperando.
Sentado entre hileras de hormigas,
los bolsillos llenos de dudas,
el entendimiento opaco;
los ojos se deshacen en agua
ante el paso de las nubes,
el viento caliente en las palmas.
El hombre confundido está esperando.
La súplica sale a tu rostro
como los barberos a la puerta,
como los pastores al campo;
el aire se recorta y se recorta.
La tarde va pasando,
pasa
en centenares de rostros
de agua que se difuminan. Entre
tanta gente queda
el rostro: hombre confundido.
Palabras en tropel y sin carne:
qué está bien, qué está mal,
qué he de hacer, dónde voy,
en quién confío, puedo hablar
sin sentido y sin cansarme.
El hombre confundido está esperando.
El hombre confundido me espera,
más sólo sé sentarme a su lado,
reconocer en su rostro un espejo.


***


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