¿Por qué habría de abandonar mi refugio?
¿Por qué habría de escribir de nuevo
palabras vacías,
sonidos sin alma,
trazos estériles,
trizas, trozos?
No he de salir de mi madriguera.
No, hasta que su recuerdo llamee como antorcha.
Nada (queda) por decir.
Nada queda.
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